Segunda Constitución Ecuatoriana
En Ambato, en el edificio que actualmente funciona como Gobernación
Provincial, se conformó y tuvo su sede la Segunda Convención Nacional
Constituyente, realizada el 22 de junio de 1835 y presidida por José Joaquin de Olmedo.
En esta carta política se estableció por primera vez el deseo de
independencia total del territorio ecuatoriano, en contraposición a la
Constitución de 1830, en donde se aceptaba la posibilidad de una
federación en el marco de la Gran Colombia.
El hecho de armas más importante que recuerda Ambato es la Batalla de Miñarica, que se libró en las afueras de la ciudad. El triunfo de los partidarios de Vicente de Rocafuerte comandados por Juan José Flores, resultó decisivo, y les aseguró el control de todo el territorio de Ecaudro..
La ciudad no fue afectada por los combates. De este suceso político
existen también en la ciudad una plaza y un monumento que lo conmemoran.
Tras el sismo de la trágica tarde del 5 de agosto de 1949 la ciudad
quedó reducida a escombros, actualmente su adelanto material y económico
es evidente, Ambato cuenta con casi todos los servicios que cuenta una
ciudad moderna, la ruinas y la angustia quedaron atrás. El terremoto
dejó cincuenta poblaciones arrasadas, seis mil muertos y millones de
pérdidas, quedando detrás de la devastadora hecatombe una secuela de
destrucción en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo. La
floreciente y progresista ciudad de Ambato fue convertida en un montón
de ruinas y el rescate de las víctimas fue un trabajo duro y doloroso
que conmovió al país y al mundo. La Iglesia Matriz sepultó a varios
feligreses, entre los que se encontraban un grupo de niños que se
preparaba para recibir su Primera Comunión. Un aspecto triste presentaba
el parque Montalvo, en donde habrán desaparecido árboles y las flores;
en sus jardines se habían cavado fosas para enterar muchos muertos por
cuanto en el cementerio general no habrá lugar para depositar más
cuerpos, los templos de Santo Domingo, La Merced también se fueron al
suelo. Más de la mitad de los edificios quedaron destruidos, mientras
que los demás habrán quedado cuarteados e inhabitables. Una visión
terrorífica presentaba la ciudad tres horas después de la tragedia, sus
calles cubiertas de escombros, a cada paso había cadáveres, llantos y
lágrimas se observaba por todo sitio, las plazas que ofrecían alguna
seguridad, en prevención de nuevos temblores servían de refugio para
miles de personas de toda condición social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario